Exposición no. 3.- Serendipia. Exposición individual de Enrique Reinking, fotografía. Del viernes 21 de agosto al jueves 26 de agosto de 2015.
Cuando pienso en mi hermano lo pienso con su cámara. Es imposible pensar en Enrique y no pensarlo con ella. Su compañera eterna que le permitía ser él mismo y que gracias a las imágenes atrapadas podía canalizar su buen sentido del humor, su dolor y su amor por el otro.
Cuando Enrique me mostraba la última fotografía que había tomado, me enseñaba también su amor por el color, por lo trágico, lo cómico y lo sublime. Me mostraba su forma de mirar al mundo, de encontrar imágenes que otros no veían. Las fotos que dejó, dándonos permiso de admirar la belleza y lo abstracto de lo que nos rodea, son el legado y la huella que dejó en este mundo.
Esta exposición es un homenaje a su talento, a su creación y a su alma.
Andrea Reinking
Serendipia es un homenaje al fotógrafo Enrique Reinking. La presente selección consta de 41 fotografías tomadas en sus últimos años.
Con un estilo un tanto permisivo y con un gusto particular por lo autóctono, lo popular, la familia, la naturaleza y los espacios en calma, el fotógrafo logra sustraer casi de manera involuntaria, algunos momentos de lo que parecieran ser paseos vespertinos, largas caminatas o simples vagabundeos.
Con intereses variados, logra capturar imágenes que alteran y amplían nuestras nociones de lo que merece la pena ser visto y de lo que tenemos derecho a observar: niños in fraganti, ancianos pensativos, escenas pueblerinas manifestadas en todo su colorido y vivacidad, paisajes desolados, secuencias de acciones que pueden pasar en segundos u horas, miradas prolongadas al cielo o fugaces vistazos al pavimento.
A Enrique Reinking también le gustaba fotografiar detalles y distorsiones, quizá su obra más poética y menos narrativa. Vemos en ellas un amplio interés por las texturas, lo sensorial y lo intuitivo.
La selección de fotografías de Enrique Reinking se muestra con un carácter ecléctico, con el fin de dejar expuesto ese deseo no revelado de crear un inventario del mundo y de manifestar en imágenes tan solo un esbozo de su espíritu.
Con veracidad y honradez ante ese juez llamado lente, logra descubrir de manera casual e imprevista una serie de instantes que aparentemente no volverán, que sin embargo podrían aparecer y reaparecer en la vida de cualquiera.
Esto lo logra por su habilidad particular para advertir cuando ha encontrado algo importante aún cuando no es lo que buscaba originalmente. Enrique Reinking tenía la capacidad increíble de retratar lo cotidiano, la destreza para coexistir entre lo fortuito y lo buscado, la pericia para tropezar con aquello que no buscaba y para diferenciar lo lógico de lo absurdo para situarse mágicamente entre ambos.